De origen maya, el glifo representa la galería de los espejos, donde cada quien observa su reflejo para ver la verdad acerca de sí mismo. Usa el mundo como un espejo para el autodescubrimiento y aprendizaje. Al profundizar en la imagen reflejada es posible ir a la parte no clara (sombras), la que se evade o la que es la ilusión de los problemas. Lo que aparece en el espejo es lo que cada persona necesita para aprender, crecer y desarrollarse, así da paso a la luz de la sabiduría interna.